Pliegues

Una grulla de medio boleto posa incrustada en la barandilla frente al asiento junto a la puerta del bondi. La gente baja, casi la rosa, la toca pero no la ve o no le importa. Es insignificante o es que se pasan por alto tantas pildoritas de alegría.
La impregné de suerte para que aquel que pueda verla sea feliz.
Me pregunto quién sabe o quiere saber de mi ¿Quién va a encontrar mi grulla?



-> Calabazas en el galpón

Polvareda del rincón

Flotar

El Río persigue la Luna que crece flameando bajo mis pies como si doscientos años no supieran del tiempo. Saltan del agua las sirenas al acecho.
¿Quién pudiera creer que es dueño de este surco? ¿Quién pudiera creer que no esta viva la que recorrió mil veces el mundo, arrastrando esas flotas que la iluminan?
Gran arroyo que me arrullas, que me arrollas; me envuelves en tus brazos para ayudarme a dormir mi siesta bajo este cielo de mil estrellas que en mi tierra nunca vi.
Viajo a mi. Me contemplo en Rosario.
Si no tuviera memoria creería que doblando la calle Entre Ríos esta mi primer colegio y nunca salí de allá.

El primer día del año y de mi primer viaje me concluyen exhausta y espectante, pero en paz, como si toda solución o respuesta que alguna vez temí desencontrar realmente fueran parte de mi, mi fibra, mi carne, yo.