Elena avansaba con gran felicidad saltando charcos entre los adoquines del pasaje, se sento en el umbral de un casa al final de este a comer caramelos de colores y apollo su paraguas gris en el piso, junto a sus piernas. Saco su camara y comenso a jugar con ella, tomaba fotografias de cuando se le cruzaba. Sabia elejir angulos para las fotos y la ausencia de personas le permitia volar con libertad sin mido a que le roben.
Tengo que estudiar fotografia y terminar mis historias. Me siento presa de mi mente al no poder expresar las cosas mediante el arte, y presa de mi vida cuando no puedo gritar las cosas.
Supongo que es un sentimiento generalisado.
Quiero comer caramelos y magdalenas de colores en el pasaje La Porteña, pero el de haedo, el que tiene adoquines y esta junto a las vias del tren.
Que lindo es Haedo, lastima que no voy seguio para alla.
Ya empesare a escapar, algun dia hay que hacerlas las cosas.
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